No sólo de jornadas escolares viven los laborales.
Como cada año por estas
fechas, cual pavo en navidades o traje de la Pedroche en las campanadas, es
llegar las vacaciones escolares y como no, que si la conciliación familiar, que
si los colegios cerrados, que si los abuelos, campamentos y un largo etcétera, lo
típico, pero esta vez, fíjese usted, se le ha unido “muy oportunamente” un
estudio de la OCDE que según algunos medios, dicen que advierten de las altas
tasas de abandono escolar temprano y que la solución para erradicarlo, es pasar
de la jornada intensiva a la jornada flexible y mantener a nuestro alumnado el
mayor tiempo posible en los centros educativos, aunque no exista evidencia de
que se mejore o empeore los resultados, contrariamente por la experiencia de
los docentes creemos que empeoran, pues si se quejan de cinco horas diarias,
imaginen diez, y desconociendo que son los propios centros y las familias
quienes deciden dicho horario.
Uno que no es que crea mucho
en las casualidades, especialmente de un tiempo a esta parte, le viene a la
cabeza por un lado, la propuesta de reformular los días y las horas de trabajo
para poder conciliar la vida laboral y familiar así como la ampliación de
apertura de los centros escolares, ambas hasta las seis de la tarde, propuestas
por Sumar, y por otro los datos del propio Ministerio de Educación sobre cómo
han conseguido reducir la tasa de abandono escolar temprano, concretamente en
fuentes ministeriales se destaca que en 2021 se alcanzó la cifra más baja de la
historia con un 13,3%.
Seguramente debido a mi
ignorancia, no lograba entender cómo después de haber conseguido el récord
histórico, la OCDE advierte a España sobre la madre de todas las catástrofes.
Pues bien, no ha sido por
generación espontánea. En 2020, el Ministerio de Educación pidió asesoramiento
a la Comisión Europea contratando a la OCDE, y que juntos, en amor y compaña, han
confeccionado el famoso estudio y sus soluciones que han visto la luz, fíjense
ustedes, tres años más tarde y este mismo mes o a mes vista.
Lo más curioso, es que lo
que ha trascendido a través de los medios de comunicación, es sólo la
ampliación del horario escolar como remedio, eso sí de infantil y primaria,
allí donde precisamente el abandono escolar es nulo. Me pregunto si no podrían
invertir el bono cultural, o los inter railes entre muchos otros para erradicar
un abandono que precisamente se encuentra en la franja de los dieciséis a los
veinticuatro años.
Pues no, el estudio consta
de cinco acciones con 44 actuaciones, y entre ellas destacan la precariedad del
profesorado, la ausencia de incentivos económicos y profesionales, tanto para
ellos como para los equipos directivos, las elevadas ratios en determinados
centros donde se indica específicamente que el número debiera ser el mínimo en
algunos casos, la escasa evaluación de los propia administración, la poca
potenciación de la FP y otro largo etcétera, pero, fíjense ustedes, lo
importante es ampliar los horarios escolares. Casualidad de la causalidad del
momento que diría yo.
En fin: ‘No solo de jornadas
escolares viven los laborales, sino de toda palabra o disposición que sale de
la boca de la OCDE y de la que se quiere dar difusión, que el resto a Dios
rogando y yo con el mazo dando”.
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