Jet lag opositor.

 

Partamos de la base que todas las oposiciones, principalmente las docentes, nunca serán todo lo justas que deseáramos, al menos mientras se mantengan como ahora. En primer lugar porque el principal motivo para la concurrencia es el mayor número de aspirantes que plazas ofertadas, por lo que unos años serán más beneficiosos que otros y/o unas especialidades más reñidas que otras. Si esto ocurre, que ocurre desde que tengo memoria, hay que seleccionar a los mejores de entre los que optan a la misma, incluyendo la gradación de los mismos junto con un baremo de méritos. En segundo lugar porque no existe un solo tribunal para todos los aspirantes y por mucho que se quiera ser lo más aséptico posible siempre van a existir condicionantes externos que influyan en uno u otro sentido, y no me estoy centrando en los tribunales, en los propios opositores, donde incluso influirá de quién exponga antes o exponga después, de cómo te encuentres ese día o de las circunstancias contextuales que durante las mismas pudieran ocurrir a todos los participantes y agentes que participan en el proceso. Hace años y no pocos, que venimos demandando, así como año tras año los propios tribunales y opositores, otro sistema de acceso más objetivo y sobre todo actualizado.

Dicho esto, como antesala, este año, o estas oposiciones, y me temo que no va a ser el único, aquí y en Torrelodones, ha saltado el popularmente conocido como “efecto llamada”. Para quien desconozca dicha terminología, esto ocurre cuando en una comunidad autónoma se convocan plazas que no se convocan en el resto o colindantes. Dicha situación provoca que opositores de otras comunidades se presenten en la comunidad convocante, por lo que aumenta el número de aspirantes por plaza así como los hipotéticos integrantes en listas de interinidad en la misma. Es cierto, no cabe duda, máxime cuando este mal llamado proceso de estabilización, del que sigo manteniendo que ha desestabilizado más que estabilizado por sus efectos colaterales en plazas, concursos, etcétera, permitirá con un sistema mucho más sencillo ingresar en una lista de interinos que hasta ahora se había regido por concursos oposiciones mucho más complejas. Efectivamente, no parece justo, pero de aquellos lodos estos barros.

No voy a repetir el ya lo avisé, institucional y personalmente, por ejemplo en esta columna, pero la disparidad de las plazas convocadas y los criterios para designarlas, del proceso de estabilización, porque cada comunidad ha hecho lo que ha querido, ha roto la baraja y alterado tanto los cuerpos como las especialidades. Ninguna plataforma se ha quejado cuando en Andalucía o Canarias se quintuplicaba el concurso de méritos y han sido centenares de extremeños los que han tenido que salir fuera y los que quedan por salir. Ninguna plataforma se ha quejado porque Castilla la Mancha haya sacado cinco veces más plazas de reposición, es decir, concurso oposición y de que nuestros egresados sin puntuación hayan optado por presentarse allí o en Castilla y León porque convocan más plazas, etcétera. En definitiva, puede haber miles o centenares de extremeños fuera de su tierra, que quieren y tienen derecho a volver y miles o centenares de no extremeños trabajando en Extremadura con derecho a irse o a quedarse.

Hoy día hablar de homogeneizar los procesos o evitar efectos llamadas, cuando muchos pertenecen no a una, a tres o cuatro listas de otras tantas comunidades, cuando se participa o ha participado en concursos de estabilización nacional, o cuando has tenido que salir de tu tierra para trabajar y quieres volver, es absurdo. Eso sí, no seamos más papistas que el Papa, hagamos como otras comunidades hacen, no sólo los de lengua propia, y blindemos el haber trabajado en Extremadura, porque lo que es el jet lag opositor va a ser inevitable a partir de ahora.

https://www.elperiodicoextremadura.com/opinion/2024/04/04/jet-lag-opositor-100597567.html

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