Involución de resultados, evolución para el profesorado.
Si
el último informe PISA 2023 ya vaticinaba una caída de resultados, ahora ha
sido en el informe TIMSS, Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y
Ciencias, de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento
Educativo, la que concluye que nuestro alumnado de cuarto de primaria ha
empeorado cuatro puntos en Matemáticas y siete en Ciencias con respecto al
último informe, pero resulta que se acentúa aún más con respecto al anterior,
estudio que se realiza cada cuatro años.
Es
evidente que algo está fallando, y por mucho erudito, estadista o torero tras
barrera, no somos los docentes, como a raíz de los resultados comenta alguno,
en referencia a la formación. Quizás debiéramos ver un poquito más allá y ser
más valientes y mirar más arriba, no a cursos superiores, tanto a las
administraciones de las distintas comunidades autóniomas como a la
administración central, las políticas de igualar por abajo, la máxima del
mínimo esfuerzo y máxima felicidad, que esfuerzo y felicidad no son
incompatibles, de hecho la mayoría de las veces van juntos, e incluso la propia Ley Orgánica, la LOMLOE.
Como
ustedes sabrán, en la mayoría de las comunidades autónomas, las plantillas de
docentes, especialmente en los centro de infantil y primaria, la plantilla
orgánica, es decir, los docentes que pertenecen y conocen bien a su alumnado y
centro educativo, están a la mínima expresión. El especialista de inglés,
además de inglés, tiene que dar
matemáticas y ser tutor, el de francés ciencias, el de música la que les toque,
y además ejercer de cargos directivos, coordinadores, bibliotecas y un largo
etcétera. Sin embargo, si uno mira la plantilla funcional, es decir, los docentes
que están en el centro, aparecen medias jornadas y un sinfín de adscritos a
programas de toda índole. Unos que empiezan a mediados el curso, otros que si
de apoyos para temas o determinadas áreas, siempre a mitad del tiempo lectivo o
parcial y así dedicando partidas presupuestarias y recursos cuando las
primeras, las orgánicas, están esquilmadas.
Pero
eso en cuanto a recursos presupuestarios e inversiones, vete ahora a la
burocracia, informes de cada alumno, informes de cada reunión, colegiada o con
familias, informes de evaluaciones personalizados, informes aparte de cada una
de las necesidades de cada uno, informe de cada coordinación, informe de todas
las coordinaciones, informe de cada proyecto, informes, informes, informes,
ahora multiplíquenlo por trimestre y duplíquenlo a final de curso. Y todo eso
sin contar las preparaciones de las clases.
Luego
la legislación vigente, que cambia cada cuatro años y en el mejor de los casos,
sumado a la negación del esfuerzo y la excelencia.
Miren
ustedes, no todos, señores eruditos, estadistas
o toreros tras barrera, me pregunto si no sería mucho mejor invertir todo ese
capital en aumentar al menos dos tercios la plantilla orgánica, reducir a lo
importante y básico la burocracia para poder dedicarnos a la docencia,
aprehender, con “h” intercalada, es decir, híbrido entre competencias y
conocimientos, pues sin conocimientos no hay aprendizaje, y dejar a los
docentes al menos validar cualquier Ley Orgánica Educativa.
Si
los resultados van involucionando, es obligación de nuestras administraciones
evolucionar, y sólo se puede evolucionar, evolucionando de la mano del
profesorado.
Saturnino
Acosta Presidente de ANPE Cáceres.
Comentarios
Publicar un comentario