Los Santos docentes extremeños.


Foto: cvc.cervantes


Mario Camus situó sus “Santos Inocentes” en un cortijo andaluz allá por 1984, hace unos  cuarenta años, prácticamente el doble de los  diecinueve años que llevamos los docentes extremeños sin subida salarial, que si quizás  por entonces seguíamos siendo docentes pero con aquella subida de 150 euros de la época, dejamos de ser santos, a estas alturas y en comparación con el resto de docentes de otras comunidades, pasaremos de santos a  mártires, aunque en algo sí hemos cambiado, ya no somos tan “inocentes”.

No resulta comprensible, ni admisible, ni justo, que los docentes extremeños de Higuera la Real, a cinco kilómetros de Huelva, cobren unos trescientos euros menos que sus compañeros docentes andaluces haciendo lo mismo, con sus mismas funciones y sus mismas responsabilidades. Pero eso por abajo, a medida que te vas acercando al norte, la cantidad se multiplica exponencialmente.

Seguramente más de uno dirá que si somos privilegiados, que si vacaciones, que si  Extremadura, que si otros empleados públicos u otros trabajos. Cualquier razonamiento o comparación está fuera de lugar, pues los docentes de otras comunidades tienen exactamente lo mismo que los extremeños, todo exactamente igual excepto el salario, y todas las comparaciones con otros empleados y trabajos del mismo modo y manera. No es cuestión ni del PIB, ni de agujeros ni de situaciones, pues no sería la primera vez que se negocia una subida salarial en el tiempo o por tramos, en dos, tres o cuatro años, incluso alguna vez hasta en cinco.

Es más, y les soy sincero, incluso si la cantidad ofrecida no hubiera alcanzado las expectativas sindicales, pero hubiese significado una cantidad anual donde al menos el docente, el que trabaja igual o más, en muchas comunidades no hay tanta dispersión geográfica, se hubiese sentido valorado y reconocido por su propia tierra, quizás tendríamos que callar o asentir, gustase o estuviéramos más o menos de acuerdo.

La subida salarial propuesta por nuestra Administración, no sólo es insuficiente. Pregúntele a cualquier docente si treinta euros brutos, apenas veinticinco euros mensuales y dependiendo del caso, se corresponde con lo que se le exigía hace veinte años, es decir, nuestro sobreesfuerzo, cambios legislativos, pandemias, digitalización, actualización, responsabilidades y competencias añadidas se han calculado en un euro por año, casi igual que el resto de comunidades.

Como sigamos así, en vez de discutir cada año por los efectos llamada en las oposiciones, vamos a tener que preocuparnos por el efecto huida, en vez de  llamamientos urgentes en Extremadura, por la urgencia de que nos llamen de otras comunidades, y así sucesivamente.

También los docentes estamos perdiendo el tren y si los docentes lo perdemos también lo pierden nuestros alumnos ¿es que nadie ha pensado en eso?

En fin, si Rabal en los Santos Inocentes ya tenía su milana bonita, nosotros también tenemos las nuestras, no sólo la ferroviaria.

Saturnino Acosta García, Presidente de ANPE Cáceres.

https://www.elperiodicoextremadura.com/opinion/2025/02/20/santos-docentes-extremenos-114479677.html


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