Crisis de profesores.

 


No que el profesorado esté en crisis, aunque como sigamos así con tanta burocracia, obligaciones digamos extradocentes y exigua remuneración, es posible, pero esta vez a la crisis que me refiero es a la dificultad de encontrar profesorado.

Faltan profesores, especialmente en las materias relacionadas con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, pero no son las únicas y no sólo en Secundaria, con cada vez más frecuencia las comunidades demandan profesores en especialidades de formación profesional, maestros de taller o conservatorio, incluso se da la circunstancia que están empezando a faltar profesores de materias relacionadas con las coloquialmente conocidas “de letras”.

Dicha dificultad para encontrar profesorado está siendo parcial, y creo que erróneamente, subsanada, y no del todo, eximiendo de la condición de tener el máster pedagógico habilitante para el desempeño de la docencia. Mal vamos si la opción es rebajar requisitos y singularmente el pedagógico, porque aunque alguno crea que impartir clases lo puede hacer cualquiera, les puedo asegurar que no son pocos los que después de apenas cinco días dan marcha atrás. No, no todo el mundo puede ser docente.

Quizás esa falta de profesores también tenga en parte su talón de Aquiles en esa poca consideración social y laboral que las propias instituciones no han sabido mantener ni mucho menos valorar, incluso en algún caso todo lo contrario.

Al profesorado se le ha ido sumando obligaciones y responsabilidades que atienden más a ámbitos externos que a lo que es la docencia. La sociedad y nuestro alumnado, no sólo ha evolucionado sino que además demanda una atención más personalizada en grupos con un alumnado muy diverso siendo asumido sin una regulación laboral específica de derechos y obligaciones propias del ejercicio de la docencia y del docente.

Bajo mi modesta opinión, y ante una hipotética fuga de cerebros potencial, no se trata de hacer más atractiva la docencia, basta con reconocer la docencia, la de hoy, y basta con reconocer al profesorado, al de hoy.

Si me preguntan cómo, es bien sencillo. En primer lugar, aunque les parezca repetitivo, regulando la profesión docente bajo la sombra de un Estatuto propio, también regulador tanto del acceso a la docencia como de la jubilación. Reconociéndonos una carrera profesional que dignifique y reconozca profesional y salarialmente la asunción de responsabilidades y competencias que actualmente se nos exige.

Y por supuesto, respetando y valorando institucional y socialmente al docente y a la docencia, nuestro trabajo y vocación, porque no somos “tu vecino Jose”.

Saturnino Acosta Presidente de ANPE Cáceres.


https://www.elperiodicoextremadura.com/opinion/2024/10/03/crisis-profesores-108848982.html


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